En esta oportunidad, el equipo del Programa Desarrollo Territorial compartió con alumnos, alumnas y docentes que participaron de esta jornada educativa que mantiene por objeto involucrar a los varones en la lucha por la disminución de la violencia de género. "Debemos intervenir desde los espacios educativos para contrarrestar la violencia", sostuvo su director, el Prof. Zanzul.
En el día de
ayer, la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Salta presentó una
edición del ciclo DERECHOS HUMANOS HOY, su impacto en la vida
cotidiana. En esta oportunidad, profesionales del Programa de
Desarrollo Territorial –organizadores de este ciclo de jornadas– compartieron
junto a alumnos, alumnas, docentes de la Escuela Normal Sup. General Manuel
Belgrano Nº 5.095, institución educativa secundaria de la ciudad de Salta. Participaron alrededor de 80 alumnos.
Agradecemos al Prof.
Zanzul por la apertura del espacio institucional para el dictado del taller.
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Inicialmente, el vicedirector del establecimiento, Prof. y Lic. Adrián Zanzul, presentó a los expositores y manifestó a los alumnos el sentido de la jornada y los motivos de su participación en la misma: “la violencia sobre la mujer es una problemática que hasta el momento no ha encontrado solución en nuestro país, por tanto es necesario un nuevo abordaje de la misma; un abordaje que involucre comprometidamente a los varones en la creación de vínculos y valores más democráticos y equitativos”, manifestó el docente. “Es un compromiso que los educadores también debemos asumir”, agregó el vicedirector.
A continuación, Javier Sanchez –estudiante de antropología de la UNSa y con formación en
ciencias económicas en Ucasal– reflexionó con los alumnos sobre cómo son
construidas cultural y socialmente las masculinidades, cómo le son asignadas
roles y características de acuerdo a un sistema social organizado
patriarcalmente; la necesidad de romper y desmontar del ideario de los varones
el cumplimiento de una masculinidad hegemónica que supone exigencias, por
momentos, extremas despertando tensiones, disputas, frustraciones y violencias:
entre varones mismos y de varones hacia mujeres. Finalmente, destacó la
importancia de construir modos alternativos de ser, pensar y actuar como
varones: más democráticos, plurales, equitativos e
igualitarios.
Seguidamente, la
antropóloga Julieta Rivera compartió con las alumnas y los alumnos un taller
vivencial que mantuvo por consigna la concientización de los distintos roles
que en base a las desigualdades de género se designan a niños y niñas desde los
primeros años y a lo largo de todos los procesos de socialización que
atraviesan en el transcurso de su desarrollo como sujetos. Además, se analizó
cómo estos roles se legitiman culturalmente, generando estereotipos de género y
naturalizando desigualdades e inequidades entre hombres y mujeres, en distintos
espectros de la vida social.
Es así que dictadas las consignas de trabajo y luego de un debate dividido en grupos mixtos de alumnos y alumnas, dos representantes de cada grupo expusieron sus consideraciones sobre los modos en que fueron aprendiendo a ser varones o mujeres desde la infancia. “Desde que somos chicas se nos enseña a jugar con muñecas, a jugar a ‘la comidita’, a ser mamás; mientras que los varones solo juegan al fútbol o a las bolillas y aprenden siempre a ser competitivos, cueste lo que cueste”, expresaba Florencia al momento de su exposición. Por su parte Esteban rescataba cómo desde jóvenes se les enseña a los varones a ocultar ciertas manifestaciones de la emotividad: “no es bien visto cuando un varón adolescente llora o le dice ‘te quiero’ a otro varón”, expresaba el alumno de quinto año.
Es así que dictadas las consignas de trabajo y luego de un debate dividido en grupos mixtos de alumnos y alumnas, dos representantes de cada grupo expusieron sus consideraciones sobre los modos en que fueron aprendiendo a ser varones o mujeres desde la infancia. “Desde que somos chicas se nos enseña a jugar con muñecas, a jugar a ‘la comidita’, a ser mamás; mientras que los varones solo juegan al fútbol o a las bolillas y aprenden siempre a ser competitivos, cueste lo que cueste”, expresaba Florencia al momento de su exposición. Por su parte Esteban rescataba cómo desde jóvenes se les enseña a los varones a ocultar ciertas manifestaciones de la emotividad: “no es bien visto cuando un varón adolescente llora o le dice ‘te quiero’ a otro varón”, expresaba el alumno de quinto año.
En lo que a
conclusiones respecta, todos los grupos de alumnos y alumnas coincidieron en
que las experiencias más explícitas en la asignación de roles de género en la
temprana edad se visibilizan en los tipos de juegos que están socialmente “permitidos”
a varones y a mujeres respectivamente, y que posteriormente se incorporan (se
hacen cuerpo) a ambos géneros como estereotipos que deben cumplirse para una “acorde”
–aunque marcadamente desigual– inserción en el mundo social.
Finalmente, el
jefe del Programa de Desarrollo Territorial, Fernando Pequeño Ragone, dialogó
sobre las formas en que son construidas las masculinidades en las políticas
públicas y programas en temas tales como violencias, salud sexual y salud
reproductiva, paternidades, homofobia, identidades de género y generacionales,
entre otros, y propuso lineamientos para lograr un mayor involucramiento de
hombres en la equidad de género.
Próximamente, se compartirá en la institución el segundo
esquema que estructura este ciclo: MEMORIA, SEGURIDAD Y DERECHOS HUMANOS, POR
UNA SOCIEDAD MÁS DEMOCRÁTICA. Abordaremos las implicancias sociales y
culturales que supone un redireccionamiento de la política nacional, desde un
paradigma de "la mano dura", heredado de un complejo proceso
neoliberal de décadas de extensión, hacia otro entendido como de "seguridad
ciudadana”.
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