Por iniciativa de la Fundación Ayninakuy (La Merced) y la dirección del Colegio Secundario “Nuestra Señora de la Merced Nº 5051” de la localidad de La Merced, a cargo del Prof. Marcelo Dipauli, 150 alumnos de la institución participaron de la capacitación, destinada fundamentalmente a varones, en materia de prevención de violencia de género dictada por el Programa de Desarrollo Territorial de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Salta.
El pasado día viernes, alumnos y
alumnas, de los turnos mañana y tarde, del Colegio Secundario “Nuestra Señora
de la Merced Nº 5051” –institución de la localidad salteña de La Merced–
compartieron con profesionales del Programa de Desarrollo Territorial de la
Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Salta la jornada de
capacitación “Varones por la disminución de la violencia de género”; propuesta educativa que pretende
apelar y concientizar a los varones para la reflexión y constitución de nuevos
modos de vivir en tanto varones e intervenir decididamente en la lucha por la
disminución de la violencia contra las mujeres.
En el marco de la sanción del
reciente Plan Provincial “Unidos por una Salta Libre de Violencia” y por iniciativa de la Fundación Ayninakuy
(Ayuda Mutua para vivir Bien) y el directivo de la institución educativa
secundaria, Prof. Marcelo Dipauli, fue que en esta oportunidad se generara el
espacio de diálogo, reflexión y capacitación destinado fundamentalmente a rever
la introyección de ciertas pautas de comportamiento y naturalización de
patrones culturales en los modos de vivenciar la masculinidad, con una
particularidad destacable y, por tanto, de necesaria y perentoria modificación
y reconfiguración: la restricción de la emotividad y la legitimación social del
ejercicio de la fuerza física hacia otros varones y también –hete aquí el
problema fundante– hacia las mujeres; determinando las bases para una relación
de dominación y subordinación de las mujeres.
Javier Sanchez utilizó como disparadores las preguntas "¿cómo reconocemos a un varón?" y "¿somos siempre los mismos varones?". |
El programa del ciclo inició, y
se replicó de igual forma en horario vespertino, con la antropóloga Julieta
Rivera y el militante Aramis Escobar quienes, bajo el título de la unidad Cultura, naturaleza, género y derechos
humanos, desarrollaron y
explicaron la importancia del género, el sexo y el deseo en la vida cotidiana;
las distintas dimensiones constitutivas del género (cultural, social, biológica,
política); y abordaron las formas en que el género y los derechos humanos son
dimensiones valiosas para la emancipación y la equidad.
Seguidamente, los alumnos y las alumnas
reflexionaron junto al economista Javier Sanchez Vedelago sobre cómo son
construidas cultural y socialmente las masculinidades; cómo le son asignadas
roles y características de acuerdo a un sistema social organizado
patriarcalmente; la necesidad de romper y desmontar del ideario de los varones
el cumplimiento de una masculinidad hegemónica que supone exigencias, por
momentos, extremas y contradictorias entre sí mismas y que terminan por
despertar tensiones, disputas, frustraciones y violencias: entre varones mismos
y de varones hacia mujeres. Finalmente, el economista destacó la importancia de
construir modos alternativos de ser, pensar y actuar como varones: más democráticos,
plurales, equitativos y pacíficos.
En lo que a conclusiones respecta, alumnos y alumnas coincidieron en que las experiencias más explícitas en la asignación de roles de género en la temprana edad se visibilizan en los tipos de juegos que están socialmente “permitidos” a varones y a mujeres respectivamente, y que posteriormente se incorporan (se hacen cuerpo) a ambos géneros como estereotipos que deben cumplirse para una “acorde” –aunque marcadamente desigual– inserción en el campo social.
En lo que a conclusiones respecta, alumnos y alumnas coincidieron en que las experiencias más explícitas en la asignación de roles de género en la temprana edad se visibilizan en los tipos de juegos que están socialmente “permitidos” a varones y a mujeres respectivamente, y que posteriormente se incorporan (se hacen cuerpo) a ambos géneros como estereotipos que deben cumplirse para una “acorde” –aunque marcadamente desigual– inserción en el campo social.
Por último, Fernando Pequeño Ragone indagó junto a los y las
estudiantes sobre las formas en que son
construidas las masculinidades en las políticas públicas y programas en temas
tales como violencias, salud sexual y salud reproductiva, paternidades,
homofobia, identidades de género y generacionales, entre otros, y propuso
lineamientos para lograr un mayor involucramiento de hombres en la equidad de
género.
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